La
primera transmisión de imágenes
televisivas a longa distancia ocurrió a 9 de Abril de 1927, entre
las ciudades americanas de Washington D.C. y New York City, sobre la
orientación de la Bell Telephone y de la U.S. Department of
Commerce. El potencial de la televisión como medio de difusión de
conocimiento, información y entretenimiento fue inmediatamente
reconocido.
En
Portugal las primeras emisiones oficiales fueron de la
responsabilidad de la RTP, teniendo lugar a partir de los estudios
del Lumiar a partir de 7 de Marzo de 1957, cerca de 30 años después.
El
proceso elegido para la transmisión de
contenidos televisivos fue la radio difusión por modulación de
portadoras de muy alta frecuencia, bandas VHF(30 a 300MHz) y UHF(0,3
a 3 GHz). La radiación de la señal está a cargo de antenas propias
para el efecto, que requieren un posicionamiento geográfico preciso
para que el sistema pueda alcanzar el mejor desempeño posible. Este
sistema de transmisión tiene sido lo más popular a lo largo de los
tiempos debido, en parte, a su facilidad de manipulación por parte
de el utilizador común, pero principalmente por ser gratuito.
No
en tanto este proceso sufre de algunas deficiencias que pueden ser
más o menos notorias a los ojos del utilizador común. La radio
propagación, para que se efectué con niveles aceptables de calidad,
requiere proximidad entre emisor y receptor, línea de vista directa
y preferencialmente sin obstáculos intermedios (tales como
accidentes geográficos y/o edificios). Condiciones adversas conducen
a una rápida atenuación e distorsión de la señal, degradando la
calidad del servicio. Pero de todos los factores, el más adverso
podrá ser el facto de la superficie terrestre no ser plana, lo que
limita bastante la línea de vista, impidiendo las comunicaciones a
gran distancia debido a las reflexiones en el suelo.
La
conjugación de tales factores desfavorables conduce naturalmente a
la procura de métodos más avanzados, que
permitiesen mejorar la calidad del servicio y quebrar la barrera de
las distancias. Una de las alternativas fue la transmisión vía
satélite.
Este sistema, al
utilizar antenas posicionadas en el espacio como elemento difusor de
la información, diminuyo el problema de la limitación de la línea
de vista y simultáneamente la cuestión de los obstáculos
intermedios, posibilitando mayores áreas de cobertura del servicio
(Ej.: comunicaciones transatlánticas). Este tipo de servicio vino
también posibilitar mejorías significativas de calidad. El facto de
se trabajar con sistemas de alta frecuencia y elevada largura de
banda vino también posibilitar la transmisión de más información
por canal, bien como de más canales por banda de espectro utilizada.
El lanzamiento del
satélite Ruso Sputnik en 1957 vino iniciar la corrida por el
espacio.
Los
Estados Unidos fue el primer país a utilizar satélites para efectos
de comunicación a gran distancia, en 26 de Julio de 1963, para fines
militares. En breve este recurso seria aplicado a comunicaciones
telefónicas públicas, como forma de aliviar la carga de las redes
terrestres que empezaban entonces a dar los primeros señales de
congestionamiento.
La primera utilización de satélites para
transmisión de señales televisivos ocurrió
a 1 de Marzo de 1978, por la mano de la PBS – Public Broadcasting
Service.
En el período de 1978 a 1984 se verifico un
rápido desenvolvimiento de toda la tecnología asociada al sistema
de televisión vía satélite, facto que llevo a un rápido
crecimiento del número de utilizadores de este servicio, asta
entonces gratuito. Con el crecimiento del sector, naturalmente las
compañías que difundían sus contenidos televisivos vía satélite
empezaran a buscar formas de obtener dividendos de los utilizadores
que servían. Fue así que surgieron los primeros códigos de
encriptación adaptados a las señales de televisión vía satélite,
y los primeros servicios en que el utilizador necesitaba de un
receptor específico, capaz de descodificar la señal recibida. De
esta forma, las compañías adquirían total control sobre los
utilizadores que beneficiaban de sus servicios, pudiendo así obtener
sus provechos.
Todo este sistema fue entonces legislado y
debidamente reglamentado al nivel de las telecomunicaciones, habiendo
sido establecidas las normas internacionales necesarias para que, a
partir de la segunda mitad de la década de 80, estos servicios
principiasen a crecer en el mercado de consumo de masas. Países como
el Japón y Hong-Kong tomaran la delantera en la corrida à la
colocación en órbita de satélites de transmisión de contenidos
televisivos, teniendo les seguido los Estados Unidos y más tarde la
Europa.
Hoy en día se verifica
también en la televisión por satélite el fenómeno de
globalización. Empresas de diferentes continentes compartían entre
si contenidos televisivos distintos, de diferentes orígenes y con
diferentes países o regiones de destino, quebrando así fronteras de
espacio y tiempo de una forma antes inimaginable.